Una vez que tropiezas con Plaza Nueva, es difícil no ver a Víctor Montes, que domina la plaza con mesas cuando hace buen tiempo y tiene muchos asientos interiores en tres comedores repletos. Y esos son solo para los comensales sentados, que pululan por favoritos de cocina casera, como guisos de pescado y carne, y la miríada de preparaciones vascas de diferentes pescados blancos en escamas. Las ensaladas son abundantes y cada plato viene con verduras frescas. El bar tiene una gran selección de pintxos o raciones, que van desde sabores sencillos como el queso Idiazabel con nueces y miel hasta albóndigas guisadas y pequeños platos de calamares fritos o nuggets de bacalao.