En 1926, el bisabuelo de Vicente, actual propietario, fundó un chiringuito junto a la playa de San Antonio. En ese momento, el aspecto del paseo marítimo distaba mucho de la imagen real de la playa de San Antonio de Cullera.En ese momento sólo algunas de las casitas de pescadores y de barcas en la arena. Se montaban los chiringuitos en la época del verano donde se comen las paellas y pescan a la brasa. Con el paso de los años, el edificio sufrió diversas vicisitudes. Hoy, es uno de los restaurantes de más tradición de la costa de Cullera.