De las docenas de bares y pubs irlandeses en la ciudad, este es el único que parece haberse dado cuenta de que está situado en los climas mediterráneos y no en el húmedo y ventoso Dublín. Ubicado en un bulevar con vista al puerto deportivo, el bar tiene una amplia terraza, que se llena de días en que se exhiben partidos de fútbol o de rugby en el televisor de pantalla grande que da a la calle. El resto del tiempo es frecuentado por yachts anglosajones, que aparecen para tomar un desayuno con Guinness y tocino y huevo.