Rafael y Josefa Andrés Lorenzo abrieron este sótano en 1958, nombrando a la argentina nativa de Josefa. Se convirtió en un lugar favorito para la multitud de toros y los omnipresentes estadounidenses, Ernest Hemingway y Orson Welles. Sigue siendo un comedor popular para una multitud universitaria artística, así como para turistas curiosos. La hija de Josefa, Paulina, supervisa la cocina, haciendo platos hogareños como sopa de ajo, salchichas a la parrilla o truchas locales con jamón. Si anhela los platos castellanos que no se encuentran disponibles en la mayoría de los restaurantes, considere los cerebros fritos en pasta o estofado con almendras.