En una época en la que se bailaba al ritmo de las modas, lugares como el restaurante "Gredos" de Bilbao, se convirtió en el santuario de los valores de la tradición y el buen gusto.Desde 1997, Agustín Laprada plasma el sello profesional exclusivo, de quienes entienden la hostelería con esta fórmula perenne: "Calidad en la materia prima y trato inmejorable"