Este restaurante está ubicado en una casa reformada del siglo XVIII que tiene jardín y piscina. Los comensales pueden disfrutar de la cocina tradicional mallorquina desde su menú degustación de cinco platos, que varían todos los días. No hay menú, pero hay opciones para vegetarianos, celíacos o platos sin lácteos. Se pueden organizar menús especiales para grupos. El restaurante tiene capacidad para hasta 80 comensales en el interior y 100 en el jardín en verano. Su carta de vinos es selectiva pero tiene una buena relación calidad-precio.