El restaurante masía Can Coll se construyó en el siglo XIII y desde entonces ha pertenecido siempre a la misma familia. Es la casa pairal de toda la vida y en 1965 empezó a funcionar como negocio con cuatro mesas situadas en la era. Hoy el restaurante Can Coll está dirigido por dos hermanas, la segunda generación, y lo que ofrecen es una cocina al más puro gusto catalán y con recetas de toda la vida, las que han visto servir desde que eran niñas. El vino, en porrón, como manda la tradición y los postres de elaboración propia.Tipo de cocina: productos propiosEl el restaurante Can Coll, como no podía ser de otra manera, en se viene a disfrutar de los platos clásicos del recetario catalán: mongetas amb botifarra, calçots, cargols, xató... Además, cuentan con huerta propia, con lo cual todos los productos de la tierra son suyos y hacen más sabrosos, si cabe, los platos. A su menú diario se suma la carta que cambia en verano y en invierno, respectivamente, con las materias primas propias de cada estación. Pies de cerdo, conejo y cordero a la brasa están entre sus propuestas más solicitadas, porque la brasa es otra de sus especialidades. Y de pescado ofrecen bacalao. Y la guinda a semejantes manjares la pone su conocido pan de 4 kilos cortado en rebanadas de unos 30 centímetros, ideal para acompañar y aderezarse con tomate, all-i-oli, etc.Vinos y postres: vino de la casa y en porrón!La carta de vinos del restaurante Can Coll se basa en referencias principalmente catalanas, pero también tienen algún Rioja, aunque lo cierto es que de embotellados tienen poco porque su fuerte es el vino de la casa que, además, se disfruta en el clásico porrón. Los clientes no quieren otro para acompañar los platos. Y sobre los postres, no faltan los típicos -flan, crema catalana, mató...- elaborados por ellos mismos que se complementan con una carta que varía mucho dependiendo de la estación del año; así, en verano predominan más los helados, las propuestas refrescantes, y en invierno se sirven más los pasteles.Decoración y ambiente: piezas de herencia familiarEl restaurante Can Coll presume de un estilo rústico en el que destacan, sobre todo, cada una de las piezas de labranza que decoran sus paredes, algunas de ellas muy antiguas, auténticas reliquias de herencia. La casa, aunque en sus orígenes estaba aislada, hoy en día se encuentra ya inmersa en el núcleo de Polinyà. Distribuida toda en una planta, cuenta con tres salas para 40, 80 y 120 personas, respectivamente, y en todo momento predomina un ambiente muy familiar, de trato agradable y directo. De hecho, hay clientes de más de 40 años, segundas y terceras generaciones que ya visitan al restaurante Can Coll.Otros: grupos de 120 personasEn el restaurante Can Coll se aceptan grupos con menús a partir de 22 euros. No se dedican a los banquetes ni a ofrecer una carta específica para ello, pero sí acogen pequeñas celebraciones de hasta 120 personas como comidas de negocio, comuniones, aniversarios, etc. pero siempre basándose en su carta propia. En el restaurante Can Coll aparcar no es un problema, ya que cuentan con dos amplias zonas para ello y en verano también disponen de una terraza en la que comer y cenar al aire libre.