Su tamaño es el adecuado para acoger un ejército de fieles al aperitivo. Es como una caña de cerveza sin fondo. Un largo y ancho pasillo que corre paralelo a la barra metálica, permite mantener el tipo y la caña de pastel, acortado entre bandejas y bandejas de viandas, y también encajado en cualquiera de sus múltiples sillas y mesas de madera. Y sin estrujamientos.Los muros, sobrios, se permiten más veleidad en forma de láminas (anuncios publicitarios, fotografías de la plaza de España del 58 ...) y arriba, muy arriba una bóveda de ladrillo que se puede ver en la parte superior de una aleta , incluido el apartado del comedor, separado del territorio del tapeo por un arco de granito y una planta. Especialidades especiales, servidas con diligencia y generosidad, de esos lugares en los que no se cohíben a la hora de acompañar las consumiciones con tapas, son muy castizadas, afinadas a fuego en la tradición tabernera madrileña: patatas bravas, tortilla, alitas de pollo, oreja, callos, empanada casera ... Raciones que exigen cerveza de barril o algún tinto con cuerpo